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Introducción

Atraer abejas y otros polinizadores al jardín no se trata solo de colocar un hotel para abejas solitarias o dejar crecer la hierba alta. Lo verdaderamente importante es ofrecerles una fuente continua de alimento: flores que produzcan néctar y polen de calidad durante todo el año. Las abejas solitarias, como Osmia cornuta y Osmia rufa, necesitan flores cercanas a su nido, ya que solo vuelan unos 50 metros alrededor de él. Si encuentran lo que buscan en ese radio, se quedarán, polinizarán tus plantas y contribuirán a un ecosistema más equilibrado.

Estas abejas no viven en colmenas ni producen miel, pero son polinizadoras extremadamente eficientes. Una sola hembra puede visitar hasta 2.000 flores al día, mucho más que una abeja melífera en las mismas condiciones. Crear un jardín con floración continua es una forma sencilla de aumentar su presencia y, al mismo tiempo, mejorar la salud de tus plantas y la biodiversidad de tu entorno.

Floración continua: la clave para atraer abejas

Para mantener abejas solitarias todo el año, es necesario planificar el jardín con especies que florezcan en distintas estaciones. Cada época tiene su función: las flores de invierno ayudan a las primeras abejas a despertar, las de primavera aseguran la máxima producción, y las de verano y otoño les permiten acumular reservas antes del frío.

Si quieres preparar tu jardín antes de la temporada de vuelo, visita nuestra sección de kits completos para abejas Osmia, donde encontrarás todo lo necesario para empezar con tu propio refugio de polinizadores.

Floración temprana (invierno y principios de primavera)

En los meses más fríos, cuando casi nada florece, algunas especies son esenciales:

  • Romero y borraja: producen néctar incluso en pleno invierno.
  • Almendro, ciruelo y albaricoquero: su floración temprana coincide con la actividad de Osmia cornuta.
  • Viola y caléndula: pequeñas flores que aportan polen a las abejas que despiertan antes que el resto.

Estas plantas son las primeras estaciones de servicio para los polinizadores. Sin ellas, la temporada puede comenzar con escasez de alimento y menor reproducción.

Primavera, verano y otoño

La primavera es el momento de máxima actividad y diversidad floral. Las abejas solitarias, los abejorros y las mariposas encuentran aquí su mayor fuente de energía.

  • Lavanda, tomillo, salvia y alfalfa ofrecen grandes volúmenes de néctar.
  • Margaritas, dientes de león y amapolas aportan polen accesible.
  • En verano y otoño, el girasol, el trébol blanco y el romero otoñal mantienen el alimento disponible.

Si quieres combinar estas flores con refugios naturales, aprende también dónde y cómo colocar un hotel para insectos en tu jardín, una guía práctica para crear un espacio equilibrado y funcional.

Árboles, arbustos y diseño del jardín

Los frutales como el almendro, manzano, peral o ciruelo ofrecen miles de flores concentradas, lo que facilita la recolección de néctar y polen. Los arbustos como el lentisco, el madroño y el espino albar sirven de refugio natural y aportan sombra y protección frente al viento.

Para un diseño eficaz:

  • Agrupa flores por especie y color.
  • Prioriza tonos violetas, azules, amarillos y blancos.
  • Deja pequeñas zonas silvestres para anidación.

Si además quieres contribuir a la conservación de la biodiversidad, puedes participar en el programa circular ReNido®, donde recolectamos y reutilizamos las cañas de anidación de forma sostenible cada temporada.

Consejos ecológicos y errores a evitar

Las abejas solitarias prefieren las plantas autóctonas, adaptadas al clima y con polen de alta calidad. Evita los fertilizantes y pesticidas químicos: contaminan el polen y pueden matar las larvas dentro de los nidos. Opta por métodos naturales como compost y riego moderado.

Además de flores, ofrece agua limpia y barro húmedo cerca de los refugios. El barro es esencial para las Osmia, que lo utilizan para sellar sus celdas. Puedes aprender más sobre su comportamiento en el artículo Cómo las abejas Osmia mejoran la polinización en almendros y frutales.

Conclusión

Un jardín lleno de flores y abejas es un jardín vivo. Los polinizadores aumentan la producción de frutas y semillas, mejoran la calidad de los cultivos y ayudan a controlar plagas de forma natural. Cada flor que plantas se convierte en alimento, y cada abeja que la visita mantiene viva la cadena natural.

Si quieres empezar a cuidar polinizadores en casa, explora nuestra colección de hoteles para abejas solitarias, diseñados para atraer Osmia cornuta y Osmia rufa. Con pequeños gestos puedes convertir tu jardín en un refugio sostenible lleno de vida.

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