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El invierno no es el final del ciclo de las abejas solitarias, sino su pausa más frágil. Dentro de cada caña o tubo del hotel, cientos de pequeñas abejas descansan en silencio, esperando el sol de febrero para renacer. En esta etapa, tu papel es crucial: un buen manejo invernal puede multiplicar la supervivencia de la próxima generación de polinizadores.
Este artículo explica qué hacer con tu hotel de abejas durante el invierno, cómo limpiar y conservar los capullos y qué opciones tienes: dejarlas al aire libre o protegerlas manualmente o mediante programas especializados como ReNido®.
Las abejas solitarias como Osmia cornuta y Osmia rufa siguen un ciclo anual sincronizado con las estaciones. En primavera, las hembras construyen nidos, depositan huevos y sellan las celdas con barro. En verano, las larvas se transforman en pupas y, al llegar el otoño, cada abeja queda envuelta en su capullo para pasar el invierno.
En la naturaleza, estos capullos resisten lluvia, frío y humedad, pero muchas abejas mueren por moho, parásitos o depredadores. Los hoteles de anidación imitan este hábitat, aunque requieren un mínimo de mantenimiento si se quiere garantizar la continuidad de la población.
Entre octubre y noviembre, cuando ya no hay actividad, revisa el hotel. Los tubos sellados con barro indican nidos activos, mientras que los abiertos suelen estar vacíos o invadidos por parásitos. Coloca el hotel en un lugar seco y sin exposición directa al sol o a la lluvia.
En este momento puedes elegir entre dos caminos:
Ambas opciones son válidas, pero los resultados son distintos.
Algunas personas prefieren no intervenir. Dejar el hotel en su lugar es lo más natural y no requiere trabajo adicional. Si el clima es templado y el hotel está protegido, muchas abejas lograrán sobrevivir.
Sin embargo, este método tiene varios riesgos: la humedad puede generar moho dentro de las cañas; los pájaros, ratones o avispas pueden romper los tubos; y las temperaturas extremas o las lluvias continuas pueden destruir parte o la totalidad de los capullos.
Por eso, quienes eligen esta opción deben aceptar que parte de la población puede perderse. Es una forma de dejar que la naturaleza siga su curso, pero no garantiza que las abejas regresen la próxima primavera.
La opción más efectiva es extraer y conservar los capullos bajo control. Esto permite eliminar parásitos y asegurar una hibernación segura.
Para hacerlo correctamente:
Condiciones ideales: temperatura entre 2 °C y 5 °C, ambiente seco y sin luz directa. Una nevera o garaje frío suele funcionar bien. Evita los recipientes cerrados o de plástico.
Si no tienes tiempo o experiencia, el programa circular ReNido® ofrece una alternativa profesional: se encargan de recoger tus cañas, limpiarlas, almacenar los capullos en condiciones óptimas y devolvértelos en primavera listos para liberar.
Cada temporada deja restos y esporas dentro de las cañas. Si se reutilizan, pueden aparecer hongos o parásitos. Lo más recomendable es renovar las cañas o tubos una vez al año.
Limpia la estructura del hotel con un cepillo seco y sustituye las cañas por nuevas. En la tienda Abejas Solitarias encontrarás cañas naturales y hoteles listos para la nueva temporada.
Aprovecha el invierno para revisar la ubicación: el hotel debe colocarse a unos 1,5 metros del suelo, orientado al sur o sureste, con sol por la mañana y protegido del viento y la lluvia.
Mientras los capullos descansan guardados, el hotel vacío también necesita atención. Límpialo y guárdalo bajo techo, en un garaje o cobertizo. Si el invierno es suave, puedes dejarlo fuera, pero protégelo con un tejadillo o una lámina inclinada para que el agua no entre en las cañas.
Un detalle importante: no lo dejes al sol directo ni sobre superficies húmedas. La madera mojada se deforma y puede favorecer el crecimiento de moho.
Los capullos deben volver al exterior unas dos o tres semanas antes de la floración temprana, normalmente entre mediados de febrero y principios de marzo. Colócalos junto al hotel nuevo, en una caja de liberación orientada al sol.
Cuando la temperatura supere los 10 °C, las abejas comenzarán a salir por sí solas. Los machos emergen primero; luego las hembras, que empezarán a construir nuevos nidos. Si el tiempo empeora con frío o lluvia, pueden permanecer en reposo unos días más sin problema.
En resumen, dejar el hotel al aire libre es la opción más sencilla, pero menos segura. Aceptas el riesgo de perder parte de la población por causas naturales.
Por otro lado, limpiar y conservar los capullos ofrece control y una tasa de supervivencia mucho mayor. Requiere algo más de tiempo o la ayuda de un servicio especializado, pero asegura que las abejas regresen cada primavera sanas y fuertes.
Quienes participan en programas como ReNido® suelen lograr tasas de supervivencia superiores al 80 %, mientras que los hoteles dejados al aire libre pueden perder entre la mitad y la totalidad de los capullos tras un invierno lluvioso.
La diferencia es grande, y en pocos años puede marcar la estabilidad o desaparición de una población local de abejas solitarias.
Durante el invierno, las abejas solitarias parecen ausentes, pero cada una de ellas guarda el potencial de polinizar miles de flores la próxima primavera. Su supervivencia depende de lo que hagas ahora: revisar, limpiar, conservar o al menos proteger el hotel de la humedad.
Si eliges la opción natural, procura ubicarlo bajo techo, orientado al sol de mañana y con una ligera inclinación para drenar el agua.
Si prefieres asegurar la población, limpia los capullos tú mismo o envíalos a ReNido®.
Ambas formas ayudan, pero cuidarlas activamente multiplica su impacto en la biodiversidad.
Cuidar un hotel de abejas solitarias en invierno es una tarea sencilla con enormes beneficios. Puedes dejar que la naturaleza siga su curso, aunque perderás parte de los capullos. O puedes intervenir y asegurar que cientos de nuevas abejas vuelvan a volar en primavera.
Cada capullo salvado representa una abeja lista para polinizar almendros, manzanos y flores silvestres.
Empieza hoy: revisa tu hotel, limpia las cañas o participa en ReNido®.
Porque protegerlas durante el invierno es la mejor forma de dar la bienvenida a la primavera. 🌿🐝
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